El cine de vampiros siempre ha sido muy sugestivo. En el prácticamente se nos ha mostrado todo lo que cabría esperar. Desde el típico y más antiguo y estirado chupoptero, véase el "Drácula" de Lugosi o el más sanguinario de Lee. Hasta bandas callejeras con motos incluídas en "Jóvenes ocultos". Incluso hemos tenido chupasangres de color, en la genial "Blácula". Pasando por vampiros con mucho pecho como en "Mordiscos peligrosos". Pero la que traigo hoy a este espacio(que por cierto es la primera vez que por aquí pasa una peli de terror), es una rara avis. Un cinta bastante curiosa, que nos muestra otra forma de ver a estos seres tan caprichosos y elegantes en su mayoría.
"SED" (australia 1979)
Estamos ante un film australiano, una industria que en los 70 y 80 está en su mayor esplendor. Donde tienen una marca de fábrica propia. Que la distingue del resto del planeta. Y donde en el terreno de la ciencia ficción, el cine de terror y el llamado cine de explotación australiano es su máxima y más alocado ámbito de expresión. Este film lo dirigió Rod Hardy, fue su primer film tras algunas series. Posteriormente por ahí seguiría transcurriendo su bagaje, con alguna peli aislada. Entre esas series algunos capítulos de Battlestar Galcatica. De entrada decir que estamos ante algo mñas que una simple historia de terror. Hardy nos propone incursiones en el cine de ciencia ficción. Incluso a ratos parece que estamos delante de un thriller. Y sin duda esta propuesta y forma de ejecución hace que la destaque por aquí.
Los recipientes bombeando |
La inocente protagonista |
La agilidad del film es sin duda un punto a favor de la misma. Yendo a buen trote, para ir desgranando las diferentes etapas por la que vamos pasando mientras visionamos esta película.
El ritmo es de naturaleza sosegado, poco a poco vamos siendo partícipes de la que se nos viene encima. Mientras la pobre víctima sufre casi en silencio.
Estamos en una sociedad de laboratorio. Una transformación que se lleva a cabo casi como una cura de desintoxicación. Para ir terminando, la cinta fue recompensada con el premio a los mejores efectos especiales en el festival de Sitges de 1979. De esta cinta no se acuerda hoy día absolutamente nadie(aunque no me extrañaría que un día de estos nos encontremos con un remake). Una película que realmente nos muestra algo diferente, en el mundo del vampirismo. Donde las claves son la atmósfera, la puesta en escena, la buena interpretación de la actriz protagonista. Y lo original de su propuesta. (puntuación 7/10)
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