Sabemos lo duro que fue para algunos la década de los 90, llegando muchas bandas a desparecer para no volver jamás, o en su caso hacerlo muchos años después. Otros como la que nos ocupa seguían sin desaliento ante viento y marea, con mayor o menor suerte. Así en 1995 DORO PESCH publicaba "Machine II Machine", un álbum que podríamos definir como "alternativo". La alemana se despojó en parte de su metal habitual para abrazar esos nuevos sonidos que venían arrasando las listas de medio mundo. En el incidía también su puesta a punto como mujer, sacando partido a su belleza. Las canciones recibían igualmente esta sexualidad, caso del tema "The want". Gemidos y voz tan sensual que hace derretir los altavoces.
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| Doro en 1995 |
El single de presentación fue para "Ceremenoy"(el video no está disponible en la red). Un tema en el más puro estilo noventero, con bases programadas por doquier. Aún así resultón y con gancho. Temas con los mismos propósitos tenemos unos cuantos más, "Tie me up", o la que da título al disco.
Para los más nostálgicos hay otros en la senda habitual y donde mejor se mueve la teutona. "Don´t mistake it for love" o " Like whiskey straight" esta última con una base cercana a sonidos industriales.
Pieza clave en ella son sus baladas, aquí representadas en una preciosa "Desperately", que va volviéndose más intensa en su recta final. O el tema cantado en su idioma "In Freiheit Stirbt Mein Herz", que fue compuesto a medias entre ella, Jack Ponti (productor del disco) y el genial Earl Slick, que contribuye en algunas guitarras.
Este paso arriesgado como cualquier grupo que se bifurca fuera de su sonido habitual fue pasto de duras críticas.
Creo que es lo que tenía que hacer en aquellos convulsos años. La batidora musical era un coctel en lo que todo tenía cabida. Doro lo hizo sabiendo que aquello levantaría una polvareda en la que tendría que tragar algo de tierra. Un paso valiente que nos dejó un sabroso disco en líneas generales. Entretenido y con la DORO lasciva que nunca.
Si bien no puedo negar cierta estupefacción cuando adquirí este CD en su día, si se mira sin prejuicios es un muy buen disco. En mi caso, hubo un motivo para el asombro, pues su anterior trabajo en estudio era mi muy adorado "Angels Never Die", y al ver que en este disco repetían Jack Ponti y Vic Pepe en la producción pensé que el sonido se asemejaría a tan insigne álbum. Es por eso que en las primeras escuchas no me pude quitar de encima cierta decepción. Pero una vez le pillas el gancho, es un disco que no está nada mal. Buen artículo. Un saludo. :)
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